Enrique Carballo | a coruña (Artículo de La Opinión)
En 1896, el fotógrafo francés afincado en A Coruña José Sellier Loup realizó la primera proyección de películas de los Lumiére en la ciudad, según el productor y estudioso del cine Ignacio Benedeti. Poco después, grababa en la ciudad las primeras películas de cine que se hicieron en Galicia: Entierro del General Sánchez Bregua, Orzán, oleaje, y Temporal en Riazor son algunos de los títulos. Eran los primeros compases de una estrecha relación de la ciudad con el cine, que tendría un punto álgido a mediados del siglo pasado, explica el investigador, cuando "la gente vivía para el cine", y este se convirtió en el acontecimiento social por antonomasia. Benedeti defiende que la época dorada del cine en la ciudad, cuando estuvieron abiertos más locales simultáneamente, se sitúa entre 1939 y 1965. "Entre los cuarenta y principios de los sesenta, unos 18 locales cinematográficos competían entre sí, sin contar con las salas de exhibición de órdenes religiosas y colegios y los cine clubes", calcula Benedeti.
En esta época los empresarios invirtieron en A Coruña para crear "suntuosos locales de exhibición, a cada cual más grandioso, como ¨el cine Coruña, el teatro Colón o el pequeño pero elegante, Equitativa original".
Fue un periodo de auge no ya por el número de cines, sino por la variedad. "Hay un mayor número de salas en los multicines de ahora, pero todas proyectan las mismas películas", explica Benedeti, que añade que, en aquel entonces, "cada cine exhibía una película diferente" y había un formato para cada tipo de público. En la escala de la pirámide social, y del precio de las entradas, estaban los "cines de primera", salas de estreno del centro, que pasaban las "superproducciones". Luego estaban las salas de estreno periféricas, que se abastecían de filmes no tan populares. Y, por último, los cines de barrio, con pases de reestreno y menos categoría, a los que "la gente iba a pasarlo bien" y había más jarana. El público alborotaba especialmente en el cine Hércules, pues esta sala compartía propietario en el Monelos, y en los dos se pasaba el mismo filme, en los mismos rollos de película y el mismo día.